Etiquetas
AmorIncondicional, Cumpleaños, DosAños, El segundo hijo, ElSegundísimo, Felicidad, Hermanos, MiG
Hoy se cumple un mes de un día muy especial. Hoy hace un mes que mi pequeñín cumplió dos años. Tenía el post medio preparado para ese día pero al final no pude terminar de pulirlo y publicarlo y me siento rematadamente mal, así que aquí va, un mes más tarde:
Hoy es tu día, y ahora ya eres suficientemente consciente para darte cuenta. Sabes que hoy haces dos años y vas diciendo “dosh” sin parar mientras con tu característica sonrisa, medio avergonzada medio provocadora, envías una mirada pícara a quien te mira.
De buena mañana no estabas demasiado convencido. Ibas diciendo que no era tu cumple, que era el de P, pero en la escuela te lo has pasado de maravilla en “tu fiesta”, y en las fotos que hemos visto te brillaban los ojos.
Hoy hace dos años que llegaste al mundo, pequeñito mío, y nos ha costado mucho encontrar el nuevo equilibrio en casa, no por tu culpa, más bien al contrario. Has sido un bebé tan fácil y has reclamado tan poquito espacio que nos ha costado ver y entender tus necesidades. Habría sido todo mucho más evidente si hubieras sido más demandantes, pero ya nos iba bien que tú fueras a tu aire, y cuando de repente empezaste a mostrar el carácter y a pedir tu lugar nos costó resituarnos. Nos pillaste por sorpresa, no te lo negare.
Ahora podemos decir que somos una familia de cuatro bien equilibrada, y ha sido gracias a ti. P ha necesitado aprender mucho de todo esto, y tú nos has ayudado mucho. Eres un niño alegre, charlatán y juguetón. También tienes mucho genio y muestras claramente las cosas que no te gustan. No te dejas pisar, ¡y me encanta! Papá y yo nos meamos de la risa cuando oímos como riñes a tu hermano y P ha tenido que aprender a tener mucha paciencia contigo y, a pesar de que le ha costado recuperar su esencia, ahora es mucho más feliz de lo que era antes de tenerte a su lado.
Eres adorable, y sé que no soy objetiva porque soy tu madre, pero todo el mundo que te conoce dice que es imposible no quererte. Eres dulce, cariñoso, besucón y simpático. Súper extrovertido y sociable, siempre tiene una sonrisa para cualquier desconocido que te diga algo. Todo el día cantas y parloteas, rodeado de tus animalitos y figuritas diversas, lideradas por los Gegants del Pi que no se separan de ti más que para ir a la escuela. Te miro mientras juegas y siento que eres feliz, y para mí eso es lo más importante… sé que en algunos momentos, sobre todo los primeros meses, no lo hice del todo bien y espero no volverte a fallar, amor mío.
Desde antes de nacer me has enseñado muchas cosas. Quizás a ti te parecerá una tontería, pero he aprendido lo que son los pródromos de parto y hasta qué punto las mujeres que los sufrimos lo vivimos en soledad.
He aprendido que tener un hijo no te enseña todo lo que debes saber para tener un segundo hijo.
He aprendido que la lactancia es cosa de dos y de poco sirven los meses de lactancia anteriores con los otros hijos si no está atenta a lo que debes. He aprendido hasta qué punto valen la pena las horas enganchada al sacaleches para garantizar tu lactancia exclusiva hasta los 6 meses.
He aprendido que los niños necesitan a sus padres aunque no lo pidan. He aprendido a disfrutar de los ratos a solas contigo como si valieran oro.
He aprendido a aceptar el juego físico y de contacto entre hermanos, aunque me ha costado. He aprendido a gestionar tus rabietas. He aprendido a gestionar las peleas con tu hermano, y eso me ha enriquecido muchísimo.
He aprendido a observar sin intervenir, a respetar tu individualidad, a entender que los hijos no son iguales a pesar de que quieras tratarlos del mismo modo.
He aprendido a valorar más las cosas buenas que tengo en la vida, lo que de verdad importa,… a valorar el tiempo que paso con vosotros más que antes.
He aprendido a amar como jamás habría imaginado que sería capaz.
Por todo esto te doy las gracias. Porque tú me has convertido en una mejor madre y una mejor persona, y espero seguir aprendiendo a tu lado durante todo lo que me queda de vida.
Mamá, que te quiere hasta la luna y volver millones de veces.